Para comprender mejor que es la sugestión, debemos saber que ante todo es: una forma de comunicación en respuesta a un estímulo. Nuestro cuerpo y nuestra mente interactúan neurofisiológicamente. Por medio de los sentidos percibimos el mundo que nos rodea, y a través de ellos, comunicamos al cerebro la información recibida, este a su vez, reacciona en respuesta a esa información, de forma consciente o inconsciente. Por ejemplo; recordamos un lugar, por el perfume de una flor, o por el sabor de un queso, por una melodía, etc.
Durante las veinticuatro horas del día, estamos recibiendo sugestiones, de las más diversas. Los medios de comunicación por ejemplo; invaden nuestro subconsciente, con mensajes de publicidad, opiniones, información, parcial e imparcial. En todos estos casos existe el mensaje sugestivo. La educación utiliza una forma de sugestión, por repetición. La sugestión está implícita en la intención de quienes escribieron los libros de texto. Tenemos también probadas muestras, como durante algún período de la vida de un país, el libro de texto tiene el color del gobierno que lo escribe. Los padres son un factor influyente en la sugestión de los hijos cuando pequeños. La frase más común que oímos de niños es: No hagas esto, no hagas lo otro, por que te hará daño etc. una sugestión como esta puede ser negativa para un futuro en la vida del niño, ya que en la adolescencia o en su mayoría de la edad puede acarrear miedos y dolencias imaginarios, consecuencia de padres sobre protectores. Otras sugestiones positivas, seguramente favorecen el desarrollo del niño.
Pero también existe otra manera de sugestión, que es aquella que nos la practicamos a nosotros mismos. Para el estudio clasificamos dos tipos de auto-sugestión: voluntaria o involuntaria. En este programa de aprendizaje desarrollaremos la teoría y la práctica para dominar la autosugestión voluntaria.
Autosugestión involuntaria
La auto-sugestión es una sugestión que nace dentro de nuestra mente, motivada por estímulos internos o externos, sensaciones orgánicas, imaginarias o reales. Como dijimos antes la sugestión es una forma de comunicación. En consecuencia la sugestión, está estrechamente ligada a la forma en que transmitimos la información a nuestro cerebro, en función de lo que percibimos de la realidad del mundo exterior o de nuestro interior.
Por ejemplo: si siento una sensación de hormigueo en el brazo izquierdo o un dolor en el pecho, y soy fumador, tal vez mi comunicación interna me diga, que es momento de dejar de fumar, o de ir al médico. Por que asocio el fumar con el síntoma de preinfarto, obviamente la autosugestión comienza en el mismo momento que me hago la pregunta: ¿Qué me está pasando?. Las respuestas podrán ser muchas, dependerá de estímulos anteriores, recibidos. Si hace un año un amigo fumador murió de infarto, está de más decir que mi autosugestión irá por ese camino, por asociación inconsciente. Puede ser real el síntoma, o no, lo cierto es que se amplificará considerablemente. Y tal vez solo se debía una mala posición al dormir. Esto demuestra que la autosugestión está íntimamente relacionada con información anterior y presente, que es lo mismo decir estímulos anteriores y presentes.
La información recibida durante nuestra infancia, la familia, el medio sociocultural y religioso donde nos educamos, los medios de comunicación, la publicidad, afectan nuestro subconsciente provocando un fenómeno de condicionamiento por auto-sugestión involuntaria, a creer ciertas cosas, modelando nuestra realidad. La auto-sugestión involuntaria, puede ser negativa o positiva. Si es negativa será dañina y podrá crear comportamientos no reflexivos ante diversas situaciones. Si es positiva, será benéfica.
Defino como auto-sugestión involuntaria negativa, cuando el estímulo del subconsciente se produce por intervención del miedo. Veamos estos ejemplos: Si no estudias, perderás tu oportunidad en la vida. La intención del padre es buena, solo que el hijo puede traducir a su mente un mensaje diferente. De acuerdo con el tono de la voz que utilizó su padre, los gestos, el momento, la circunstancia, etc. Esta puede ser una de esas predicciones que se cumplen, por que puede generar tensión, miedo en el subconsciente del hijo, y este en lugar de mejorar, empeora en los estudios. Y si por fin, deja de estudiar, su vida será un total fracaso, por que su padre le predijo que no sería nada en la vida.
¡Oferta válida hasta el 30 de agosto!. El mensaje es inofensivo, para la salud psicológica de la persona, pero tal vez muy negativo para su economía. El potencial cliente, reacciona ante la posible pérdida de la oportunidad, miedo a perder, que indica el plazo límite de la oferta. Pero no toma en cuenta que a esas alturas del mes no dispone de metálico, sin embargo, compra la oferta con tarjeta de crédito. ¿Era imprescindible ese artículo en su hogar?. En el 80 % de los casos no lo era.
El jabón "Limpito" lava más blanco que el jabón X y cuida su ropa protegiendo los colores. Todos conocemos esta burda publicidad, con una señora de clase media baja, que muestra camisas y bragas, hablando de forma corriente. ¿Cuál es la intención de esa publicidad? Provocar, la autosugestión por efecto del miedo. Compro jabón "Limpito", por que el jabón X, no dejará blanca mi ropa, además, no cuida ni protege los colores. El potencial cliente no conoce el jabón X, pero ya se sembró la duda. Así la sospecha genera desconfianza, por auto-sugestión.
¡Los gitanos roban niños!. Cuantas veces los padres dicen eso a los niños. Resultado: por autosugestión, el niño cada vez que ve un gitano siente miedo, y ese miedo persiste cuando es adulto.
La autosugestión involuntaria negativa: Puede afectar profundamente al subconsciente. Y con el tiempo genera pensamientos parásitos, acciones fuera del control consciente. El mejor ejemplo lo son las fobias. A través de una autosugestión involuntaria negativa en estado de vigilia, el miedo se implanta en el subconsciente, y aflora ante el menor estímulo.
En terapia el terapeuta, puede utilizar una sugestión involuntaria negativa, con la intención de modificar la conducta, para revertir un mal hábito o un acto compulsivo. Por ejemplo: Cuando te comas las uñas sentirás una sensación de asco y náuseas que no podrás soportar. En este caso el terapeuta utiliza una sugestión negativa, que genera una autosugestión involuntaria negativa en el paciente para modificar un acto no deseado.
No obstante, si una persona decide por medio de auto hipnosis, controlar ese hábito utilizando la misma sugestión anterior. Sería una autosugestión voluntaria negativa. Por que lo hace intencionadamente.
Autosugestión voluntaria
La autosugestión voluntaria, es aquella que nos practicamos intencionadamente. Muchas veces nos repetimos mentalmente alguna frase para sentirnos más seguros ante una situación determinada, o nos damos ánimos cuando estamos jugando algún deporte, o para mejorar nuestra autoestima. La autosugestión voluntaria, es la fuerza generadora de la fe. Todas las oraciones y rezos religiosos, apelan al verbo creer. Creo en... tu serás mi salvación... tengo fe en ti... Ayúdame a conseguir...
Si yo me digo o pienso algo, repetitivamente durante un tiempo, terminaré creyéndolo y haciéndolo realidad, por esa fuerza increíble llamada sugestión.
Cuando practiquemos las sugestiones voluntarias siempre deben ser, en sentido positivo, una autosugestión voluntaria negativa, no nos dará el resultado deseado, como consecuencia que no procesamos la negación como tal. Si nos autosugestionamos para dejar de fumar, y nos decimos, no fumaré, no debo fumar por que es malo para mi salud, etc. Estaremos perdiendo el tiempo, ya que la mente ordenará fumar y cuando más se proponga no fumar más fumará. E aquí una diferencia, entre las sugestiones que puede dar un terapeuta. Un hipnólogo, puede dar sugestiones negativas, que en la mayoría de los casos, sí conseguirá el resultado deseado.
Sobre las sugestiones negativas
Francisco Javier Rodríguez del Valle
Decía Watzlawick que “es imposible no comunicar”,
por lo que, si lo tenemos en cuenta, es también
imposible evitar influenciar o ser influenciado, así como
es inevitable sugestionar o ser sugestionado.
La gente es capaz de concentrarse intensamente, de
abstraerse, incluso de entrar en un estado de conciencia
disociada, de forma espontánea, es decir, sin que tenga
lugar ningún ritual formal de inducción hipnótica. Esto
no quiere decir que estas experiencias hipnóticas
naturales sean las mismas que las que experimentamos
en hipnosis en un entorno controlado, como la consulta
del profesional, y sin embargo presentan muchas
propiedades en común.
Erickson dice que la hipnosis, más que sugestión, es una
actitud, y que si la actitud es consciente, el sujeto
determina si admite o no ser hipnotizado, si vale o no la
pena prestarse a ello; pero cuando el individuo actúa
mecánicamente, siguiendo un patrón estererotipado, se
halla en un plano inconsciente, o lo que es igual, su
actitud tiene un carácter inconsciente.
La hipnosis es un procedimiento que se aprende, no
hace falta tener ningún tipo de poder especial para ello.
Por ejemplo, el procedimiento de la hipnosis clásica se
compone de varios pasos a seguir: preinducción,
inducción, profundización, sugestiones y salida. Otra
historia totalmente distinta es aprender a realizar y
utilizar esta técnica para obtener objetivos terapéuticos.
Curiosamente, uno de los puntos más importantes a la
hora de trabajar y ejercer con la hipnosis clínica, supone
saber proporcionar sugestiones efectivas para originar
cambios beneficiosos en la persona que se somete
voluntariamente a tratamientos psicoterapéuticos donde
se incluye esta técnica.
Las definiciones de sugestión que aparecen en libros o
manuales de hipnosis suelen tener cierta similitud. Por
ejemplo, Bernheim y Liébault introdujeron este
concepto como “el acto por el cual una idea es
introducida en el cerebro y aceptada por el mismo”,
pero, en el sentido literal de la palabra, sugestión es el
acto de sugerir, y sugerir viene de las palabras latinas
sub gerere, que significan introducir por debajo; como
si dijésemos a hurtadillas o a espaldas de alguien,
obrando en él algo sin que caiga en la cuenta de lo que
se trata.
Según M. Yapko, la estructura de las sugestiones
hipnóticas no es estática, sino dinámica. Pueden
clasificarse en distintos grupos que comparten rasgos
múltiples y simultáneos. Ni encajan todas en una sola
categoría, ni el clínico se ve obligado a moverse en un
determinado grupo a la hora de dar sugestiones a
alguien. Esos grupos, según el autor serían:
Sugestiones directas e indirectas:
Ej de directa “Usted puede hacer X”
Ej de indirecta “Conocí a alguien que hizo X”
Sugestiones positivas y negativas:
Ej de positiva “Usted puede hacer X”
Ej de negativa “Usted no puede hacer X”
Sugestiones de proceso y contenido:
Ej de proceso “Usted puede tener una determinada
experiencia”
Ej de contenido “Usted puede experimentar esto (una
determinada sensación, recuerdo, etc)
Sugestiones permisivas y autoritarias:
Ej de permisiva “Puede permitirse usted hacer X”
Ej de autoritaria “Hará usted X”
Sugestiones poshipnóticas:
Ej de poshipnótica “Después, cuando se encuentre usted
en la situación A, puede hacer X”
Debemos aclarar que toda clasificación es arbitraria y
que existen otros autores que clasifican las sugestiones
(y las reacciones que provocan) de forma diferente. Por
ejemplo, se pueden clasificar como sugestiones
Ideomotoras, Sensorio-Fisiológicas y CognitivoPerceptivas. Sin embargo, para Yapko, esto último
forma parte de lo que serían los Fenómenos Hipnóticos
Clásicos.
Teniendo en cuenta que la sugestión es el acto de
sugerir una idea, un hecho que trata de un acto común,
ordinario, en el que muchas veces quien sugestiona no
sabe que lo hace y quien es sugestionado apenas se da
cuenta de que está actuando bajo ese proceso, nos
cuestionamos entonces, ¿cómo llega realmente a saber
un profesional de la Hipnosis Clínica qué tipo de
sugestiones son las indicadas o producen beneficio a un
individuo en concreto? Rápidamente se puede llegar a la
reflexión de que con una preparación académica
adecuada, mucha práctica y quizás con años de
experiencia, se puede conseguir este objetivo. Pero,
¿qué ocurre cuando no se sabe dar esas sugestiones o
cuando se cree que las que se ofrecen son las indicadas
y en la realidad no lo son?
M. Yapko expresa lo siguiente en relación las
sugestiones;
“Muchos clínicos experimentados sostienen que las
sugestiones hipnóticas deben formularse en positivo
para que las procese la mente inconsciente, que no
entiende las negativas. Personalmente, estoy de
acuerdo con estás opiniones.
[Ahora bien] Las sugestiones negativas emplean una
especie de “psicología inversa” cuando se hacen bien.
Pueden utilizarse para obtener una respuesta
sugiriendo al cliente que no responda de determinada
manera. La forma genérica de las sugestiones negativas
es: “Usted no puede hacer X”. Diciéndole a alguien lo
que no tiene que hacer, se le obliga a procesar e
interpretar lo que se le dice y eso da lugar a que afloren
diversas asociaciones subjetivas. Las sugestiones
negativas pueden ser de gran utilidad si se emplean
bien.”
A continuación apunto varias sugestiones negativas y,
según las vaya leyendo, observe su propia reacción,
comprobando y poniendo en práctica si lo que opina el
Doctor Yapko sobre las sugestiones hipnóticas
negativas es cierto:
- No pienses ahora en tu primer amor
- No pienses en una caracola de mar
- No pienses en un incendio
- No escuches los sonidos del entorno
¿Ha hecho caso a lo que se le sugería que no hiciera?
¿Por qué? ¿Es capaz un paciente de no hacer caso de
una sugestión si no sabe que hay sugestión negativa?
Después de comprobar las respuestas que estas
sugestiones provocan en nosotros, podemos imaginar
también las que provocan en otros sujetos. Lógicamente,
si no se es consciente de esto, se puede producir el
empeoramiento de un síntoma, sin saberlo ni quererlo.
Existen profesionales que defienden que la sugestión
negativa es saludable, porque tiene una estructura
lingüística familiar y por lo que, en tal caso, la parte
consciente de la persona la entiende, asegurando así que
no hay problema para que la interiorice y la ponga en
práctica, en su propio beneficio.
No obstante, si durante el desarrollo de la hipnosis la
parte que más se manifiesta es la subconsciente (porque
la persona ha decidido demostrar esa actitud), apartando
así o dejando al margen a la consciente (Hilgard nos
señala que existe un “explorador oculto” o conciencia
de vigilancia durante el trance), ¿qué sentido tiene
entonces la realización de la hipnosis cuando podemos
disponer, sin ella, de la conciencia al cien por cien de la
persona? Otra alternativa sería, como explica G.
Nardone, realizar una hipnoterapia consciente donde
tanto las sugestiones verbales como las no verbales
llevan al individuo a un estado de trance sin un ritual
convencional de Hipnosis.
Pero, centrándonos en el tema que nos ocupa, por
ejemplo, si en un estado consciente, se le da a un
paciente la siguiente sugestión negativa, “no hagas eso,
quítatelo de la cabeza, olvídalo”, en estos casos, ¿no es
verdad, que antes de quitarse algo de la cabeza, hay que
recordarlo? Se deduce, entonces, que el subconsciente
responde en positivo a lo negativo.
Recordamos de nuevo a M. Erickson, cuando describe
al inconsciente como un enorme ordenador que trabaja,
en función de cada sujeto al cual pertenece y sin el
consentimiento de éste. Nuestro inconsciente, actúa
inteligentemente con vista a un objetivo y organiza
nuestro comportamiento sin nuestro consentimiento.
Puntualiza diciendo que el aprendizaje inconsciente es
un biofeedback, una transferencia de aprendizaje: “el
trance presenta un estado activo de aprendizaje, sin la
intervención de actos conscientes”.
Es necesario recordar una vez más que las sugerencias
negativas pueden no ser efectivas en hipnosis, cuando se
emplean ingenuamente, en un sentido coloquial.
Aunque este hecho es ampliamente aceptado, no es
infrecuente encontrar este tipo de sugestiones, incluso
en libros de texto sobre hipnosis.
Por ejemplo, en “Protocolos Clínicos en Hipnosis”, del
Dr. Javier Martínez Pedrós y Jorge Juan Roca
Hernández (libro avalado por la Escuela Superior de
Hipnosis Clínica y recomendado por la Sociedad
Internacional de Hipnoterapia Clínica), encontramos
considerables manifestaciones textuales de sugestiones
negativas.
A modo de ejemplo; “A partir de ahora no tendrás las
crisis de ansiedad que te provocas…”, “…y no
permitirás que te entre la crisis de ansiedad, (…) y por
lo tanto no permitirás que te entre la crisis de
ansiedad…”
Y todo ello, aún a pesar de que en el propio libro se
recomiendan evitar tanto las negaciones (“El
subconsciente no entiende de negaciones”) como los
razonamientos lógicos (“El razonamiento lógico sólo
funciona en estado de vigilia; en el inconsciente no
entra el razonamiento lógico. Entran las emociones y
las entiende, pero no entiende el razonamiento lógico”).
En otro libro, “La Hipnosis y sus aplicaciones
terapéuticas”, de Alberto E. Cobián Mena, se filtran las
siguientes sugestiones negativas y razonamientos en un
guión perioperatorio:
“El cirujano (…) no te hace daño”, “(…) por lo que
gozarás de bienestar permanente”, “Tu cuerpo (…) no
ha permitido que haya ninguna complicación, ni lo
permitirá…”
Pero además, tal vez sería también recomendable evitar
dar sugestiones que incluyan “nunca” o “jamás”, porque
pueden ocasionar una respuesta contradictoria o
paradójica en la persona.
Si imaginamos a un paciente que tiene problemas de
disfunción eréctil y el clínico insiste en darle
sugestiones del tipo “…nunca más perderás la
erección…”, ¿no se le está en el fondo recordando su
problema? ¿No forzamos así a esta persona a recordar
su pérdida de erección?
Observemos nuestras propias respuestas en las
siguientes sugestiones:
“… y en tu trabajo, a partir de ahora jamás se te
caerán los platos, nunca se te romperán…”
“…quiero que sepas que nunca te quedarás en blanco
cuando estés en una conversación importante con los
colegas…”
“…es curioso pero nunca se te olvidarán los nombres
de la gente que te presentan…”
“…serás muy valiente por lo que nunca más te pondrás
nervioso cuando vayas a sacarte sangre…”
¿No se produce un efecto similar que con el empleo de
la palabra “no”? El empleo de “nunca” o “jamás”
parecen constituir nuevos ejemplos de sugestiones
negativas, y producir sus mismos efectos.
En el libro “Protocolos Clínicos en Hipnosis”, en un
guión sobre Autocontrol, encontramos también estos
ejemplos:
“A partir de ahora… nunca vas a permitir… que
ninguna situación… por importante que sea para ti…
haga que… pierdas tu seguridad… que te desanime… te
derrumbes… desconfíes de ti mismo… sientas
mareos…”
Más adelante, otro guión sobre drogadicción, en
concreto el de consumo de cocaína, dice sobre el final
del script:
“(…) sabes que eso nunca te pasará a ti (…) nunca más
tendrás la necesidad de tomar ningún tipo de droga…”
¿Con qué nos quedamos realmente en nuestra mente?
¿Qué aprendizaje realiza el sujeto en el fondo de todo?
¿Qué podemos experimentar a la vista de lo expuesto
hasta ahora?
Hay expertos que opinan que las sugestiones negativas,
si se dicen en un tono neutral, sí tienen ese efecto
paradójico, pero cuando se emplean con un tono
emocional adecuado, el subconsciente lo interpreta tal
como se quiere transmitir. ¿Es posible que esto sea
verdad? Como se aludió anteriormente y según los
citados profesionales, “el subconsciente entiende las
emociones pero no entiende el razonamiento lógico”. La
cuestión es, ¿por qué se siguen realizando y publicando
scripts donde existen sugestiones con intenciones
positivas, pero con enunciados en negativo?
Parece que, lo más razonable y saludable, es
transformar los mensajes negativos en positivos. No
obstante, hay quien afirma que, en lenguaje cotidiano, la
gente no se expresa en la forma de las sugestiones
positivas, y que por ello encuentra adecuado utilizar
sugestiones negativas en hipnosis.
Veamos, sin embargo, cómo suena ese lenguaje
cotidiano y cómo podemos transformar expresiones
negativas en sugestiones positivas:
Ej 1:
“Ya no se van a reír más de ti.” (Sugestión negativa
basada en el lenguaje normal)
“Sientes seguridad en ti y eso se nota en tu imagen y tu
voz, por lo que la gente que te rodea ahora se acerca a
ti, apreciándote y respetándote…” (Sugestión positiva
expresada en un lenguaje no cotidiano, adecuado al
contexto hipnótico)
Ej: 2
“Ya no volverás a ponerte nervioso durante la época de
exámenes, jamás.”
Se puede sustituir por:
“Experimentarás (una curiosa sensación de)
tranquilidad en la época de exámenes”
Es verdad que el lenguaje cambia, que tiene otros
matices distintos a las expresiones cotidianas, pero si
sabemos que lo que funciona y ayuda es la sugestión
positiva, debemos utilizarla. A menos que tengamos,
como dice Yapko, la intención de que el sujeto haga lo
contrario, como por ejemplo, cuando un individuo
resistente dice al profesional que él nunca se puede
relajar. Entonces, para este caso, se podría comenzar la
sesión empleando la siguiente sugestión negativa:
“No se siente en una postura cómoda, si es posible.
Prefiero que no descubra que puede relajarse, al menos
de momento.”
Aquí sí encontramos una sugestión negativa introducida
por el terapeuta de forma intencionada, con la idea de
potenciar un efecto paradójico. No obstante, y como ya
hemos visto, parece indicado limitar el uso de las
sugestiones negativas, evitando utilizar especialmente
negaciones coloquiales, y sustituyéndolas por
sugestiones positivas.
En cualquier caso, para complicarlo todavía un poco
más, parece también necesario tener en cuenta el posible
efecto de sugestiones positivas radicales, es decir,
expresiones opuestas a “no”, “nunca”, “jamás”:
“A partir de ahora y en adelante siempre estarás
tranquilo en los exámenes”
Imaginemos la siguiente sugestión para una persona con
problemas de estreñimiento.
“A partir de ahora siempre irás bien al váter”
O también la inversión del “no” por el “sí”:
“…y como has estudiado mucho, sí te acordarás de
todo”
“…por supuesto que te encontrarás más alegre, seguro
que sí…”
Estos extremos, a pesar de estar expresados en un
lenguaje positivo, también conllevan el riesgo de sugerir
lo contrario.
Queda claro que la palabra es el elemento clave para
realizar la sugestión hipnótica. Las indicaciones
sugestivas, aunque sean precisas, ordenadas y bien
definidas y se ofrezcan con distintas modulaciones
(monótona, cálida, imperativa, etc.), adecuadas al caso,
no garantizan que éstas sean bien interpretadas por el
paciente, a pesar de estar orientadas a sus necesidades.
Existen diversas formas de comunicar una idea a
alguien, por lo que el clínico debe elegir su formulación
y dar la sugestión hipnótica más útil y que tenga las
mayores posibilidades de ser aceptada por el cliente.
En todo caso, nuestra intención con todas estas
consideraciones es invitar a la reflexión, estimular la
utilización racional de las sugestiones positivas y
recordar las necesarias precauciones que debemos tener
con las sugestiones negativas, especialmente cuando
éstas son incluidas de forma inadvertida en el contexto
hipnótico.
Referencias
Capafons, Antonio (2001) Hipnosis. Edt: Síntesis
Cobián Mena, Alberto E. (2004) La Hipnosis y sus
aplicaciones terapéuticas. Edt: morales i torres,
p.132
Martínez Pedrós, Javier y Roca Hernández, Jorge Juan
(2007) Protocolos Clínicos en Hipnosis. En:
www.hipnosis.in , pp: 172, 250, 330, 434
Michael D. Yapko (2008) Tratado de Hipnosis Clínica.
Edt: Palmyra, pp: 261, 273, 270
Nardone, G., Loriedo, C., Zeig, J., Watzlawick, P.
(2008) Hipnosis y Terapias Hipnóticas. Edt:
Integral
Pérez Hidalgo, Isidro. Manual del curso de Hipnosis
Clínica Nivel I
El poder de la sugestión
¿Qué es la sugestión? Ante todo es una forma de comunicación en respuesta a un estímulo. Nuestro cuerpo y nuestra mente interactúan neurofisiológicamente. A través de los sentidos percibimos el mundo que nos rodea, y por medio de ellos, comunicamos al cerebro la información recibida, éste a su vez, reacciona en respuesta a esa información, de forma consciente o inconsciente. Por ejemplo; un perfume nos puede recordar a una persona determinada, el sabor de una fruta especial a momentos de la infancia en los que disfrutábamos de ese manjar…
Durante las veinticuatro horas del día, estamos recibiendo todo tipo de sugestiones. Los medios de comunicación por ejemplo invaden nuestro subconsciente con mensajes de publicidad, opiniones, información, parcial e imparcial. La educación también utiliza una forma de sugestión en la que está implícita la intención de los que escribieron los libros de texto, las ideas políticas o religiosas del momento o de nuestros profesores,… También los padres son un factor influyente en la sugestión de los hijos, especialmente cuando son pequeños. La frase más común que oímos de niños es: No hagas esto, no hagas lo otro, por que te hará daño etc. una sugestión como esta puede ser negativa para un futuro en la vida del niño, ya que en la adolescencia o en su mayoría de la edad puede acarrear miedos y dolencias imaginarios, consecuencia de padres sobre protectores. También se nos pueden dar sugestiones positivas que favorecerán nuestro desarrollo.
También existe otro tipo de sugestión, la que nos practicamos a nosotros mismos y ésta puede ser voluntaria o involuntaria. La autosugestión nace de nosotros mismos ya sea motivada por estímulos internos o externos, sensaciones imaginarias o reales y está ligada a la forma en que transmitimos la información a nuestro cerebro en función de lo que percibimos de la realidad del mundo exterior o de nuestro interior.
Por ejemplo: si tengo la sensación de cansancio prolongado o un dolor en el pecho, y soy fumador, tal vez mi comunicación interna me diga, que es momento de dejar de fumar, o de ir al médico. En el mismo momento que me pregunto: ¿Qué me está pasando? Y empiezo a darme respuestas estoy empezando a poner en práctica la auto-sugestión.
La información que recibimos durante nuestra infancia, la familia, el medio sociocultural y religioso donde nos educamos, los medios de comunicación, la publicidad, afectan nuestro subconsciente provocando un fenómeno de condicionamiento por auto-sugestión involuntaria, a creer ciertas cosas, modelando nuestra realidad. La auto-sugestión involuntaria, puede ser negativa o positiva. Si es negativa será dañina y podrá crear comportamientos no reflexivos ante diversas situaciones. Si es positiva, será benéfica.
La autosugestión involuntaria negativa hace referencia a cuando el estímulo del subconsciente se produce por intervención del miedo. Un ejemplo clásico es: Si no estudias, no serás nada en la vida…la intención de fondo de los padres puede ser buena, pero dependiendo de muchísimos factores puede terminar siendo una profecía autocumplida.
Este tipo de sugestión negativa puede afectar profundamente al subconsciente. Y con el tiempo generar pensamientos negativos que crean acciones fuera del control consciente. El mejor ejemplo lo son las fobias. A través de una autosugestión involuntaria negativa en estado de vigilia, el miedo se implanta en el subconsciente, y aflora ante el menor estímulo.
En terapia a veces el terapeuta utiliza una sugestión involuntaria negativa, con la intención de modificar una conducta negativa concreta que genera una autosugestión involuntaria negativa en el paciente para modificar un acto no deseado. Un ejemplo sería provocar rechazo al tabaco para que el paciente elimine este hábito.
La autosugestión voluntaria, es aquella que nos practicamos intencionadamente. Muchas veces nos repetimos mentalmente alguna frase para sentirnos más seguros ante una situación determinada, o nos damos ánimos cuando tenemos que hacer algo que requiere un esfuerzo y queremos hacerlo bien. No es suficiente con decirlo, para que realmente sea efectivo también tengo que crear en mi cuerpo las sensaciones que yo asocio a lo que quiero conseguir.
Cuando practiquemos las sugestiones voluntarias siempre deben estar enunciadas en sentido positivo ya que una autosugestión voluntaria negativa, no nos dará el resultado deseado, como consecuencia de que nuestro cerebro no procesa la negación como tal. Si nos autosugestionamos para dejar de fumar, y nos decimos, no fumaré, no debo fumar por que es malo para mi salud, etc. Estaremos perdiendo el tiempo, ya que la mente ordenará fumar y cuando más se proponga no fumar más fumará.